A veces se necesita ¡una buena descarga emocional!

Hace algunos días me di cuenta que me estaba preocupando en exceso con algunas ideas y el famoso overthinking (pensar de más) aunado a una nube de emociones enorme; al caer en cuenta de ello, descubrí qué tan aplicable era la frase que mi mamá me decía desde pequeña: -¡Ay María José! ¡Te encanta hacer tormentas en vasitos de agua!- jajajaja y sí, así lo creo.


Por los tipos de personalidad y de solución de problemas, habemos personas que somos de analizar mucho las cosas queriendo encontrarle una explicación a todo, sin embargo se corre el riesgo de estancarse en ello y no avanzar, quedarse únicamente pensando en los posibles motivos de lo que pasó, en vez de buscarle posibles soluciones. Y eso sin hablar de cuando son meras suposiciones que giran en torno a alguna situación en las relaciones humanas. Todo ello, queramos o no, nos producen ciertas emociones: preocupación, tristeza, desgano, decepción…y la lista negativa puede continuar.

Para evitar que tu nube de emociones te atormente como en las caricaturas donde el personaje trae una nubecita de lluvia encima, es necesario recurrir a diferentes alternativas que te ayuden a deshacerla y podemos recurrir a un filtro de nubes que te ayude a pasar poco a poco cada pensamiento y emoción hasta destilarlos y quedarte únicamente con lo útil. Aquí te dejo algunas opciones:

  • Hablar con un amigo. (¡de mis favoritas!) Ya que aparte de expresar todo lo que traes dentro, al pedirle que te dé su opinión, te encontrarás con otra perspectiva del problema que tal vez no habías notado.
  • Hablar solo en voz alta. Sí, hablar solo, como si “estuvieras loco” (expresión de la que no soy fan), pues aunque no tengas el feedback (retroalimentación, es decir tener una respuesta de lo recién expresado) de un amigo o un especialista, puedes ponerle nombre a aquello que traías sólo en la mente.
  • Escribirlo / plasmarlo. Funciona igual que cuando lo platicas, pues le das un nombre, una forma, un color y hasta un matiz a lo que piensas y sientes.

La Psicología sustenta que el materializar los sentimientos y pensamientos, es decir ponerles un nombre (como se sugiere en las alternativas anteriores), ayuda al cerebro a visualizar la realidad (al menos la realidad propia), desechar pensamientos sin sustento y a desmentir algunos sentimientos traicioneros. Por ello en algunas terapias para superar un duelo o una pérdida se acude a estrategias como “hablar a la silla” para lograr despedirse de la persona que se fue, logrando expresar esos sentimiento “atorados” que probablemente se portaban cual nube de tormenta.

Yo soy de las que aplica las tres opciones anteriores dependiendo tiempo, momento y urgencia. Normalmente hablo sola en los trayectos del trabajo a casa y viceversa, frente al espejo o al comer, es mi primer filtro; en ocasiones recurro a amigos ya sea por whataspp, por llamada telefónica o el famoso cafecito; y finalmente acudo a mi libreta de pensamientos para plasmar algo que considero requiere mayor atención y/o intimidad de mi parte.

No descarto el tener rabietas, de preferencia a solas, llantos descontrolados, gritos y golpes a la almohada, saltar fuertemente en la cama y demás, pero nada ayudará tanto como el ponerle un nombre y descargarlo.

Así que si traes una nube de emociones traicioneras, ya sabes qué hacer con ella, no dejes que te atormente.

Saludos, nos leemos el siguiente miércoles.


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